U.S. Presidentials Nº1: De Starbucks a la Casa Blanca
Escrito por Trión Grupo Fórmula el 08/03/2019
El huracán Trump derribó una de las paredes que parecían infranqueables en la política americana: un magnate tomando el poder, por ello no es sorpresa el anuncio de Howard Schultz, ex presidente ejecutivo de Starbucks, sobre sus deseos de convertirse en presidente de Estados Unidos , reviviendo la discusión sobre los ejecutivos, su activismo político y el efecto en sus marcas.

Antes que Trump y Schultz, lo había intentado Ross Perot como candidato independiente en 1992 y aunque obtuvo 20 millones de votos se quedó lejos de vencer a Bill Clinton, pero respecto a entonces hay profundas diferencias.
Perot venía de Texarkana y representaba su aislamiento del poder. Schultz es Seattle y su ascenso. El dominio del lejano y nublado noroeste con Boeing, Costco, Microsoft, Amazon y Starbucks. La victoria cultural de una ciudad que desde los noventas con su rock y sus empresas se ha incrustado como ninguna en la vida de los norteamericanos.

La fortuna de Perot en su época de candidato ascendía a 3 mil millones de dólares y aunque fue forjada en el sector de la informática se presentaba a sí mismo como una especie de ranchero texano. Perot encarnaba a Texas, sus valores, su independencia, su desprecio al gobierno central y veía a la política como un juego de elites de la lejana Washington. Perot era la campaña, su empresa jamás emitió posición alguna.
De Starbucks y su presidente Howard Schultz se tendría que decir lo contrario, no hay empresa que haga más política en Estados Unidos. Como muestra un botón: se endurece el asilo a refugiados y la prohibición de viajar a personas de Medio Oriente, la respuesta de Starbucks es contratar a 10.000 refugiados.
Desde que Schultz compró Starbucks en 1987 y lo convirtió en una de las cadenas de restaurantes más exitosas del mundo ha hablado sobre temas como la violencia con armas de fuego, el matrimonio homosexual y las relaciones raciales, a menudo usando Starbucks para hacer puntos políticos. Hace unos meses la compañía cerró la mayoría de sus ubicaciones para llevar a cabo una capacitación antiprejuicios después del arresto de dos hombres negros en una de sus tiendas en Filadelfia.

Es por eso quizás que tras su salida de de Stabucks lo obvio sería la búsqueda de un cargo político. En 2019 lo ha confirmado. Se llama a sí mismo un «centrista independiente», una marca política semi-distintiva en un mercado muy concurrido. Ha escrito un libro llamado «From the Ground Up», ha lanzada una gira nacional y cita encuestas que sugieren que los estadounidenses cansados ahora buscan un tercero en discordia, Schultz ataca al Partido Republicano, al Partido Demócrata y al sistema político, y ha prometido que no ayudará a que se reelija al Presidente Trump.
Las aspiraciones políticas del Sr. Schultz son vistas con cierto escepticismo sobre todo entre los miembros del partido Demócrata. No está claro si hay alguna circunscripción popular en el partido para un hombre de negocios que carece de experiencia en el gobierno, por ello parece sin duda que va por la libre.
Schultz ha construido una especie de red política mientras dirigía Starbucks, trabajando estrechamente con la firma de que manejaba las campañas del fallecido John McCain. Valga decir que Schultz, de 64 años, tiene otra cosa a su favor: una fortuna estimada de $ 2.8 mil millones, según Forbes.
Quizás el dinero sea la apuesta de Schultz, siguiendo lo que dijo Perot en 1992 tras su derrota, un testimonio que había de crear escuela: «ni siquiera se tiene que hacer una campaña muy dura, solo se tiene que gastar dinero».