El día en que el premio fue rendir homenaje al pueblo
Escrito por Trion el 26/04/2018
Al recibir por segunda ocasión consecutiva el Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes, Sergio Ramírez portó un lazo negro. Ante el púlpito del Paraninfo de la Universidad de Alcalá, abrió una carpeta y dijo: “Permítanme dedicar este premio a la memoria de los nicaragüenses que en los últimos días han sido asesinados en las calles por reclamar justicia y democracia, y a los miles de jóvenes que siguen luchando sin más armas que sus ideales porque Nicaragua vuelva a ser república.”
“Escribo entre cuatro paredes, pero con las ventanas abiertas”, dijo Sergio Ramírez en su discurso de recepción del Premio Cervantes, refiriéndose a la sangrienta represión de las manifestaciones en Nicaragua contra la reforma de la Seguridad Social decretada —y luego derogada— por el gobierno de Daniel Ortega.
“Como novelista, no puedo ignorar la anormalidad constante de las ocurrencias de la realidad en que vivo. Cerrar los ojos es traicionar el oficio”, aseveró Ramírez para reivindicar el lugar principal de los ignorados por la historia en su obra literaria.
Sergio Ramírez abrió su discurso mencionando a paisanos suyos como Carlos Martínez Rivas, Ernesto Cardenal, Claribel Alegría y Gioconda Belli —grandes poetas de un país donde “todos somos poetas de nacimiento”— y lo cerró agradeciendo el trabajo de Pilar Reyes, su editora en Alfaguara, Antonia Kerrigan, su agente, y Juan Cruz, periodista de EL PAÍS, el editor que en los años noventa lo rescató para la escritura cuando su fervor revolucionario se convirtió en desencanto político.
Ramírez nació en 1942 en el pueblo cafetalero de Masatepe —Mazartl-tepetl, tierra de venados, en náhuatl— en Nicaragua. Su escritura es un lazo entre las lenguas indígenas, la historia oral campesina y la literatura del Siglo de Oro española, que su madre le enseñó. Fue ella quien puso el primer Quijote en manos del escritor. Acompañado por su esposa, sus hijos y sus nietos, el autor rindió homenaje a su familia, sus maestros y sus amigos. “Siento que soy la síntesis de mis dos abuelos: el músico y el ebanista”, indicó antes de mencionar a Sergio Pitol, Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez, Julio Cortázar y Mario Vargas Llosa.
Aquí dejamos una selección de algunos títulos de la obra del gran Sergio Ramírez, recomendados por el diario español El País.
Oficios compartidos
Editorial: Siglo XXI. Fecha de publicación: 1994.

Fuente: El País.
Sinopsis: ¿Son la literatura y la política dos oficios compatibles? Bajo esta premisa, Sergio Ramírez despliega una reflexión acerca de sus dos grandes pasiones. En una unión de autobiografía e historia política, construye un interesante relato a partir de su experiencia política en el seno del proceso revolucionario que sacudió la política nicaragüense en los años ochenta.
Un baile de Máscaras
Editorial: Alfaguara. Fecha de publicación: 1995.

Fuente: El País.
Sinopsis: Este libro es un homenaje a una época, un lugar y una gente específicos que el autor convierte en un relato universal. Un tejido de tramas variadas entremezcladas con grandes dosis humorísticas.
Margarita, está linda la mar
Editorial: Alfaguara. Fecha de publicación: 1998.

Fuente: El País.
Sinopsis: Esta novela, que obtuvo el premio Alfaguara en 1998, se desarrolla en dos cronologías diferentes: una trama nos remonta a 1907 con del regreso de Rubén Darío a Nicaragua, y en paralelo se desarrolla otra historia que ocurre en 1956, año de la muerte del dictador Anastasio Somoza García. Así, el autor desarrolla el drama político de Nicaragua y América Latina gracias a una justa conjunción de sustancia y estilo.
Adiós muchachos
Editorial: Alfaguara. Fecha de publicación: 1999.

Fuente: EL País.
Sinopsis: Sergio Ramírez fue testigo de la Revolución Sandinista, y ocupó el cargo de vicepresidente durante el mandato de Daniel Ortega. Con la derrota en la elecciones generales de 1990, el proceso de transformación se detuvo y, con esto, las esperanzas de cambio se difuminaron. En este libro recopila la memoria de una generación que luchó por la democracia y la justicia en Nicaragua después de ver como su proyecto político de renovación quedó inconcluso.
Sombras nada más
Editorial: Alfaguara. Fecha de publicación: 2002.

Fuente: El País.
Sinopsis: Ante la inminente caída de la dictadura somocista, Alirio Martinica trata de huir pero es capturado por el Frente Sandinista. Sometido a un juicio popular, Alirio revela minucias, errores, abusos e injusticias que quedan en el olvido durante una revolución, al igual que algunos actos heroicos se pierden en la memoria colectiva.
Mil y una muertes
Editorial: Alfaguara. Fecha de publicación: 2004.

Fuente: El País.
Sinopsis: A través de la cámara del fotógrafo Castellón, el lector vive una historia en la que se cruzan figuras tan dispares como George Sand, Napoleón III, Flaubert, el archiduque Luis Salvador de Mallorca, y, por supuesto, Rubén Darío. En esta novela, Sergio Ramírez construye un apasionante viaje de la utopía al horror.
El cielo llora por mí
Editorial: Alfaguara. Fecha de publicación: 2008.

Fuente: El País.
Sinopsis: Novela policíaca en la que el nicaragüense retrata un mundo de narco, crímenes, corrupciones y abusos de poder. Dos antiguos guerrilleros y miembros del Departamento de Narcotráficos de la policía de Nicaragua, investigan la desaparición de una mujer en la ciudad de Managua. Los protagonistas se enfrentan a los cárteles de Cali y Sinaola y también a antiguos compañeros de insurrección.
El 23 de abril marca un hito en la historia de la literatura española porque, en esa fecha del año 1616, Miguel de Cervantes Saavedra falleció en Madrid. Su colaboración a las letras hispanas más reconocida es El ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha.
El Premio Cervantes es el máximo reconocimiento a la labor creadora de escritores españoles e hispanoamericanos cuya obra haya contribuido a enriquecer el patrimonio literario en lengua española. Su primera convocatoria fue en 1975. A partir de 2008, la composición del jurado sigue un nuevo modelo con una mayor proporción de miembros. Desde que fue creado, el Premio se falla a finales de año y es entregado por los Reyes de España el 23 de abril en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, cuna del escritor que le da nombre.
Verónica Mastachi
Con información de El País y el Ministerio de Educación y Cultura de España