Un combustible más verde y eficiente. Martes sobre ruedas
Escrito por Little el 24/04/2018
La preocupación mundial por el impacto ambiental que están generando los combustibles fósiles, ha provocado que muchos países creen políticas de uso de biocombustibles para reducir emisiones contaminantes que se generan a diario.
El creciente uso de los biocombustibles está llevando a las grandes empresas del sector a utilizar todas las posibilidades a su alcance. Una de ellas es el butanol, un alcohol similar al etanol que es producido a partir del maíz, salvo que contiene dos átomos más de carbono.
Algunos expertos lo denominan biobutanol, para remarcar su origen vegetal, puesto que el butanol puede producirse también a partir de combustibles fósiles, con las mismas propiedades químicas.
El proceso de transformación de la materia prima para convertirse en un sustituto de la gasolina requiere de complejos procesos mecánicos, químicos y moleculares.
«Al introducir biobutanol como combustible supone una ventaja porque es un alcohol más pesado, por lo tanto, menos volátil. De este modo, se reducen los problemas de emisión y volatilidad que puede haber en las gasolineras o en las instalaciones industriales, explica Inés del Campo, ingeniera química.
A diferencia del etanol, el biobutanol tiene cuatro moléculas de carbono y el doble de alcohol combustible. Esto hace que el biocombustible pueda almacenar 20% más de energía que el etanol y mientras que el etanol genera solamente alrededor de tres cuartas partes de la energía que produce la gasolina, el biobutanol podría producir hasta 95%.
Adicionalmente, una característica muy importante es que no absorbe agua, es decir es un combustible no corrosivo, que puede ser distribuido a través de los oleoductos existentes y utilizado directamente en los automóviles de gasolina sin necesidad de modificarlos.
Una de las críticas que enfrenta este combustible, es que se basan en cultivos alimentarios, como el maíz o los cereales. Sin embargo, el panorama actual de los biocombustibles es prometedor y tiene la ventana de oportunidad totalmente abierta.
También se requiere de mayores esfuerzos en términos de investigación, así como en materia legislativa, para permitir una adecuada transición hacia estas tecnologías en el contexto energético mundial.