Nos entró el nacionalismo. Viernes Foodie
Escrito por Little el 20/04/2018
Gracias al nacionalismo, los consumidores de productos orgánicos y los hipsters, hoy renace el Sotol: un destilado 100% mexicano que hace 10 años dábamos por extinto. Una bebida para aquellos que prefieren algo no tan fuerte como el mezcal, ni tan suave como el tequila.
Ahora, entremos en contexto. El Sotol es una bebida orgánica con más de 800 años de historia; pues los indígenas autóctonos del norte de México lo utilizaban para rituales de sanación junto con el peyote, seguro se daban una divertida de envidia. Este destilado es extraído de la Dasylirion wheeleri, también conocida como sereque, una cactácea que nace en los desiertos de Chihuahua, Coahuila y Durango, por ende, principales productores y exportadores de esta bebida.
El Sotol tiene el mismo proceso de destilación que los agaves para el mezcal y el tequila. El proceso tradicional de producción consiste en deshojar las plantas; excavar y preparar el horno; cocinar las cabezas (piñas), macerar y fermentarlas; doble destilación y queda listo.
Esta bebida tiene entre 35 y 55 grados de alcohol, dependiendo de la marca y el productor. Como buen destilado, es para paladares exigentes y conocedores; lo ideal es que lo cates derecho o en las rocas para que degustes sus notas ahumadas, de leña y tierra.
Al igual que el tequila y el mezcal, debes dar un trago para limpiar los sabores que tengas en la boca y después dar un segundo trago para que sientas el sabor real del Sotol. Si no eres tan conocedor de los destilados, pero quieres verte en onda y apantallar a tu date, puedes pedirlo en coctelería, degustarás su sabor ahumado y natural en una Margarita, Sunrise o hasta en una Piña Colada.
Es un poco difícil de conseguir, pues su producción es más exclusiva; pero en algunos restaurantes de la Ciudad de México ya lo puedes encontrar en sus diferentes presentaciones: reposado, plata, añejo y con veneno de cascabel (sí, el veneno de la víbora). Si prefieres comprar la botella puedes hacerlo por internet o ir a alguna casa productora, ubicadas principalmente en el estado de Chihuahua.
¿Estás listo para recuperar nuestras raíces y probar esta delicia que nos han dejado nuestros ancestros?